El frío no me gusta. De nunca. Me hace temblar, castañetear los dientes, me baja la energía a los niveles de una babosa que se arrastra por el suelo a la velocidad del minutero del reloj.
Pero este invierno le estoy encontrando ventajas a esto del frío. Estas son:
- Gran oportunidad para hibernar como los osos debajo de mi edredón
- Gran oportunidad para hibernar como los osos debajo de su edredón
- Gran oportunidad para hibernar como los osos debajo de su edredón haciendo trampas. Esto es, no dormir, para jugar a los médicos y cosas similares
¿Fui yo la que dije cosas tan malas sobre el frío? A mi que me registren
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